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¿Hasta dónde puede influir la arquitectura en la vida del ser humano y transmitir sensaciones positivas?
Nuestro entorno está compuesto por innumerables factores tangibles e intangibles, los cuales influyen en nuestro comportamiento, estado o ánimo. Desde los inicios de mis estudios de grado he podido percatar cómo la arquitectura influye en la vida humana, al igual que los arquitectos tienen la facultad de crear distintos ambientes, generar estímulos y sensaciones. Al mismo tiempo se satisface las necesidades humanas, acogiéndonos y proveyéndonos una experiencia vivencial.
A partir de esto, entiendo que es indispensable la figura humana para diseñar, desde él saber de su ergonometría hasta tratar de interpretar qué cambios pueden ocurrir, al modificar algún elemento ya determinado. Toda arquitectura busca satisfacer una necesidad fisiológica y psicológica en fusión entre el ser humano y arquitectura.
A consecuencia, surge la incógnita:
¿HASTA DÓNDE PUEDE INFLUIR LA ARQUITECTURA EN LA VIDA DEL SER HUMANO, Y CÓMO ÉSTA PUEDE TRANSMITIR O GENERAR ALGO POSITIVO?
Las experiencias arquitectónicas no deben limitarse al simple funcionalismo técnico u objeto el cual proporciona una forma, hay que tener en cuenta su sentido de pertenencia e identidad, para no abandonar el origen humano que persigue cada escenario arquitectónico.
Es interesante como las personas pueden actuar de manera distintas dependiendo de los ámbitos en los que se encuentren dentro de un espacio, su comportamiento puede estar determinado por lo que allí perciben y que esto de alguna u otra manera genera cambios y reacciones de conducta al ser humano.
Es por esto que he generado la curiosidad de entender cómo a través del espacio se puede estimular una disposición en las personas, determinando diversas normas e independencias, que llevan a los espacios a sugerir reacciones y estados de ánimo en los individuos a través de sensaciones provocadas por el ambiente. Asimismo, capta mi atención cómo las interacciones que suceden dentro de cada escenario arquitectónico y cómo por medio de elementos compositivos, tales como el material, la iluminación, componentes y disposiciones espaciales pueden regular que las personas sientan más complacencia en el interior de una edificación.
La arquitectura tiene la aptitud única de ser capaz de tener un efecto directo en la forma en que la gente se sienta dentro de un espacio. De manera general por ejemplo, esta idea no es tan evidente en el diseño de espacios sanitarios, ya que los espacios de atención médica están enmarcados al prototipo de edificaciones con más influencia física que emocionalmente sensibles.
Refutando esta idea, se postula que los espacios saludables son espacios que deben equilibrar las necesidades funcionales de la curación física con las sensibilidades espirituales y emocionales de bienestar mental y del proceso de curación general. Es decir, mediante la calidad arquitectónica podemos transmitir sensaciones, mejorías, estados de bienestar de una manera positiva en el ser humano.
*Si te interesa más sobre este tema, te recomiendo ver la publicación La Calidad Arquitectónica para el Bienestar Humano
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Escrito y curado por Sarah Tió | Publicado el 17 de Abril, 2021.
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