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Espacios Intermedios


¿Les ha pasado que se encuentran en un lugar y no pueden definir si están en el interior o exterior de una edificación?  Pues a raíz de esta sensación de no identificar el lugar, estar fuera pero a la vez dentro, surge la curiosidad de identificar este lugar identificado como espacio intermedio.

En matemáticas, el conjunto es una colección de elementos con características similares consideradas en sí mismas como un objeto, Harold J. (2002).

Se dice que un elemento pertenece al conjunto si está definido como incluido de algún modo dentro de él. Las operaciones básicas que pueden realizarse son: unión, intersección, diferencia, complemento, etc.

Al entender las operaciones de la teoría de conjuntos  y realizar un símil que en la arquitectura podemos conceptualmente, plantear que, en la intersección de dos espacios A y B existe una tensión que a medida que el A se acerca el B, se convierte en AB, así como mientras el B se acerca al A, es BA. Identificamos el conjunto de todo AB/BA que resultaría en la convergencia en borde o límite de los conjuntos separados.

Esta idea es llevada al espacio interior y exterior donde la interfase entre ambos, según las cualidades y características que poseen, permite identificar la fusión espacial exterior e interior, transformándose en un umbral hacia un espacio intermedio, donde la riqueza espacial y sensorial puede ser aún mayor.

EL ESPACIO INTERMEDIO


“Es el espacio intermedio, ni adentro ni afuera donde nos pasamos la mitad de nuestra vida”.

Shigeru Ban (2018). 


La noción moderna de espacio arquitectónico, como elemento moldeable y relativo que se percibe en la dimensión tiempo, sirve de base a este estudio para diferenciar aquellos espacios límite de la arquitectura académica y tradicional cuya función consiste en proteger o desahogar el interior, de los espacios intermedios que hacen del paso entre distintos territorios una experiencia continua, rica en direcciones y relaciones formales y espaciales. 

El límite interior-exterior del espacio arquitectónico ha sido tema de exploración constante desde finales del siglo XIX, cuando las técnicas constructivas que independizaron los planos de crecimiento de la estructura portante permitieron a los arquitectos explorar nuevas estrategias de composición de la forma que dieron origen a la continuidad espacial. 

Los arquitectos modernos hicieron de la transición entre el adentro y el afuera un tema de proyecto, crearon un espacio que trascendía la condición de límite donde se interpenetran ambas condiciones. Un espacio abierto, ambiguo y variable con propiedades únicas y singulares que lo hacían distinto del interior y del exterior aunque estuviera estrechamente relacionado con estos. Este era el espacio intermedio. 


Desde de esta premisa, se planteó como objetivo general determinar y caracterizar las propiedades del espacio intermedio interior-exterior concebido por la arquitectura moderna como tema y estrategia para el ejercicio de proyecto. Para ello se analizó la condición del espacio intermedio a partir de los elementos que lo definen y las relaciones espaciales que se construyen desde él y hacia él. 

El concepto de límite abre este texto, y sucede de esta manera con el fin de mostrar la dualidad que se establece desde el momento mismo cuando se separan dos territorios. Aplicado a la arquitectura se hace énfasis en los espacios límite, los cuales sirven de marco referencial para la investigación, por cuanto constituyen una aproximación primaria al problema de la transición interior-exterior. De ellos se estudia su forma, ubicación, cometido y relación con el edificio. 

La noción de espacio intermedio sigue vigente en la arquitectura contemporánea, de hecho cada vez parece más pertinente para el estilo de vida del ser humano de hoy y para su relación con el ambiente, sin embargo más allá de sus variaciones estéticas, la esencia e intención es la misma que aquellas que consideran los arquitectos modernos, de allí la importancia de su estudio y valorización. 

EL ESPACIO INTERMEDIO COMO RELEVADOR DEL INTERIOR


Así como existen espacios límite asociados con la puerta de acceso donde la tensión se ejerce desde afuera hacia adentro, hay también los que devienen de la ventana, resultado de una mayor abertura de los muros de fachada y consecuente proyección del interior hacia el exterior. Terrazas, balcones y azoteas manifiestan la necesidad del hombre de experimentar el entorno abierto e ilimitado desde un ambiente controlado. Son recintos para ver y ser vistos “por los que la casa muestra y expresa sus intimidades y evidencia los signos inequívocos de su vida interior” (Pintó, 1994, p.199 ). 

“Si el balcón se abre en el plano vertical, la terraza se asienta en el plano horizontal; en el piso, el entrepiso o el techo plano” (Ibidem p. 200). El balcón, por su ubicación y escasa profundidad, mantiene una estrecha relación con la verticalidad de la edificación, la exalta en la medida en que la mirada exige el reconocimiento de la altura. La terraza en cambio, sin importar el nivel donde se encuentre, retoma la horizontalidad en la mirada mediante la extensión exagerada de la losa de piso. 

EL ESPACIO INTERMEDIO COMO LUGAR


Para Norberg-Schulz, el lugar constituye un centro claramente definido por límites, el cual experimenta “como un interior en contraste con el exterior que lo rodea” (Schulz, 1975, p. 23). Pero un lugar no es un evento aislado, su carácter dependerá de la interacción e influencia recíproca con muchos otros y, aunque la polaridad con el exterior parece mantenerlos separados, cualquier perforación en sus bordes conlleva a una conexión con este. Las distintas relaciones que se producen entre el lugar y su contexto más amplio actúan como las fuerzas que lo afectan y modifican por lo cual el hombre reconoce en ellas las direcciones y dimensiones (horizontales y verticales) que lo orientan y ubican en el espacio. 

El grado de apertura de un lugar expresa lo que desea ser en relación con su entorno. En términos arquitectónicos, sobre un interior completamente abierto actúan tantas fuerzas que eventualmente perderá sus propios límites y comenzará a ser un lugar ambiguo y excéntrico que incluiría todo cuanto haya a su alrededor. Para comprender esta situación se hace necesario estudiar cómo esas fuerzas han afectado los límites de la arquitectura y la percepción de los mismos, tanto en los límites habitables como en los espacios intermedios. 


El espacio intermedio rompe las barreras entre el adentro y el afuera, es la vez interior y exterior, un lugar donde se solapan los dos significados en una suerte de espiral que puede nunca llegar a un centro, es decir, a un interior. Es necesariamente abierto y permeable, pues sólo de esta manera consigue la continuidad y ambigüedad con aquello que lo rodea. La apertura se convierte en su principal propiedad, condicionante de todas las demás que lo distinguen. 

Evidentemente, el espacio intermedio en la arquitectura transmite un significado en comunicación de un objeto a otro ajeno a éste, que a su vez, permite que el uso funcional para el cual fue concebido sea enriquecido por otras actividades. Entrando en materia, estos son algunos de los escenarios arquitectónicos identificados como espacios intermedios:

*Si te interesa más sobre este tema, te recomiendo ver la publicación La Permeabilidad Arquitectónica para la relación espacial interior / exterior

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Escrito y curado por Sarah Tió  |  Publicado el 17 de Abril, 2021.

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